Cuando yo era pequeña, no hace tanto tiempo, la intimidad era respetada, los sumarios judiciales secretos y las conversaciones privadas. Ahora que soy mayor me levanto cada mañana sobresaltada, sin saber quién va a ser desprestigiado en el último rotativo o si “alguien” habrá autorizando injerencias en mi intimidad, porque ya no sé si tengo derecho a la intimidad o me han vendido un cuento. El pasado 1 de julio, la Unidad de Asuntos […]
(Ver original) Oiga usted, señor Juez, me han robado la intimidad