Datos expuestos por error: sanción por una grave negligencia en la gestión de información personal

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha impuesto una sanción de 35.000€ a ALVEA Soluciones Tecnológicas, S.L. por una infracción grave del artículo 5.1.f) del RGPD, relacionada con la falta de medidas adecuadas para garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos personales.


Todo comenzó con una reclamación presentada en octubre de 2024, en la que se alegaba que la empresa enviaba correos a candidatos incluyendo un formulario de Google para recabar sus datos personales (nombre, apellidos, DNI) y, junto a él, un enlace a una hoja de cálculo con los datos de más de 10.000 personas, accesible para cualquiera que lo tuviera. La información no estaba protegida, lo que supone una vulneración clara del principio de confidencialidad.


La empresa admitió que el error se produjo cuando un técnico de selección, recién incorporado, añadió por accidente un enlace interno no controlado. Si bien la empresa tomó medidas correctivas tras recibir el requerimiento de la AEPD—restringió el acceso al enlace, actualizó procedimientos, y mejoró el control de acceso a la información—, la Agencia consideró que estas medidas se adoptaron a posteriori, y no existían controles previos eficaces para evitar el incidente.


Por ello, la AEPD decidió imponer una multa de 35.000€, fundamentada en la vulneración del artículo 5.1.f) del RGPD, que exige tratar los datos personales con medidas técnicas y organizativas apropiadas para garantizar su seguridad, incluida la protección frente al tratamiento no autorizado. Además, la infracción se tipifica como muy grave según el artículo 83.5.a) del RGPD y el artículo 72 de la LOPDGDD.


Se tuvieron en cuenta varios factores agravantes para determinar la cuantía:


  • La gravedad del incidente, al afectar a 10.837 personas y comprometer datos especialmente sensibles como el DNI.
  • La negligencia, al no haberse previsto mecanismos que evitaran este tipo de fallos, siendo una empresa con un volumen de negocio elevado y dedicada precisamente al tratamiento de datos de terceros.
  • La falta de medidas preventivas previas, lo que evidenció una cultura de cumplimiento deficiente en el manejo de información personal.

Conclusión


Este caso demuestra que un simple error en el manejo de enlaces puede derivar en una grave infracción del RGPD. La protección de datos exige medidas preventivas reales, no solo reacciones a posteriori. Con esta sanción, la AEPD refuerza la importancia de garantizar la confidencialidad desde el diseño.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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El derecho a desconectar no se negocia: sanción a LVMH por uso indebido del móvil de una empleada

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha impuesto una sanción de 70.000€ a LVMH Iberia por obligar a una empleada a usar su teléfono móvil personal para fines laborales, incluso en contra de su voluntad. Esta actuación constituye una vulneración tanto del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) como del derecho a la desconexión digital previsto en la LOPDGDD.


La afectada se vio forzada a utilizar su número de teléfono personal para participar en grupos de WhatsApp corporativos, a la espera de un teléfono de empresa que nunca se le entregó. Un día antes de iniciar sus vacaciones, comunicó por escrito y verbalmente su intención de dejar de usar su móvil personal para temas de trabajo, se salió de varios grupos y reiteró que esperaba disponer del dispositivo corporativo prometido.


Sin embargo, al día siguiente, mientras disfrutaba de su día libre, fue incluida sin consentimiento en un nuevo grupo de WhatsApp de la empresa, en el que permaneció hasta su despido. Ante esta situación, presentó una reclamación ante la AEPD.


La empresa, por su parte, justificó su actuación asegurando que adoptó una «postura garantista» y que los grupos solo incluían a empleados, lo que consideraban una medida adecuada y necesaria para la operativa diaria. También alegaron que, en general, los trabajadores acceden a estos grupos con dispositivos corporativos, y que el uso del teléfono personal es algo «excepcional y transitorio».


No obstante, la AEPD consideró que hubo una doble infracción:


  • Violación del 6.1 RGPD, por utilizar datos personales (el número de teléfono privado) sin base legal válida ni consentimiento explícito.
  • Vulneración del derecho a la desconexión digital ( 88 LOPDGDD), por obligar a la empleada a participar en comunicaciones laborales incluso durante sus vacaciones, sin respetar los límites del descanso personal.

Como consecuencia, la AEPD impuso una multa inicial de 70.000€, que quedó reducida a 42.000€, tras el reconocimiento de responsabilidad y al pago voluntario por parte de la empresa.


Conclusión


Este caso marca un precedente importante en el ámbito laboral digital: las empresas no pueden imponer el uso de dispositivos personales para el trabajo sin consentimiento claro y revocable, y deben respetar el derecho a la desconexión digital, especialmente fuera del horario laboral o en periodos de descanso.


Cabe recordar a todas las organizaciones que la gestión de grupos de WhatsApp u otras herramientas informales no exime del cumplimiento del RGPD, y que la comodidad operativa no justifica la invasión de la vida privada de los empleados.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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¿Tu chatbot cumple la ley? Riesgos legales de automatizar la atención al cliente con IA.

En plena era de la digitalización, cada vez más empresas optan por automatizar su atención al cliente mediante chatbots e inteligencia artificial (IA). Esta tecnología permite responder a los usuarios en tiempo real, reducir costes operativos y mejorar la disponibilidad del servicio. Pero, si bien tiene sus beneficios, su uso plantea riesgos legales significativos, especialmente en lo relativo a la protección de datos personales.


Chatbots y datos personales: ¿Qué obligaciones legales existen?


Los chatbots que interactúan con usuarios suelen recoger datos como nombre, correo electrónico, número de teléfono, preferencias de consumo o incluso información sensible. Esto los convierte en sistemas de tratamiento de datos personales, lo que se debe aplicar el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).


Por tanto, si tu empresa utiliza un chatbot, debe asegurarse de:


  • Informar al usuario de forma clara y visible sobre la identidad del responsable del tratamiento, la finalidad, la base jurídica y los derechos que puede ejercer ( 13 RGPD).
  • Contar con una base legal válida para tratar los datos. En muchos casos, será el consentimiento, pero también podría aplicarse la ejecución de un contrato o el interés legítimo, siempre que se haya realizado un análisis previo de ponderación.
  • Garantizar la posibilidad de ejercer derechos como el acceso, oposición o supresión, incluso cuando el contacto se haya producido a través de un sistema automatizado.

Incumplimientos comunes detectados


Algunos de los incumplimientos frecuentes relacionados con el uso de chatbots serían:


  • Falta de transparencia: muchos bots no informan adecuadamente al usuario sobre qué datos están recogiendo ni con qué fin.
  • Ausencia de mecanismos para ejercer derechos: si el chatbot no permite redirigir al usuario a un canal de atención humana o formular solicitudes de derechos ARCOPOL, se infringe el RGPD.
  • Grabación de conversaciones sin justificación: almacenar las interacciones sin una finalidad clara ni límite temporal constituye una infracción de los principios de limitación y minimización del tratamiento ( 5 RGPD).

Además, si el chatbot toma decisiones automatizadas con efectos significativos sobre el usuario (por ejemplo, denegar un servicio o priorizar atención), es necesario aplicar garantías adicionales según el art. 22.3 RGPD, como la intervención humana y el derecho a obtener una explicación.


¿Y si el chatbot usa IA generativa o modelos predictivos?


La integración de modelos de lenguaje avanzados (como los que permiten respuestas naturales o personalizadas) puede requerir una Evaluación de Impacto relativa a la Protección de Datos (EIPD), especialmente si se trata de tratamientos innovadores, masivos o potencialmente intrusivos.


Actualmente, también deberá tenerse en cuenta el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RIA), que clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo y exige requisitos específicos de transparencia y supervisión.


Buenas prácticas para usar chatbots con garantías legales


  • Implementar una política de privacidad específica para el canal de atención automatizada.
  • Habilitar siempre la posibilidad de escalado a un agente humano.
  • Asegurar la minimización de datos y la retención limitada.
  • Registrar el tratamiento en el Registro de Actividades y revisar contratos con proveedores externos.

En definitiva, automatizar la atención al cliente con chatbots es una decisión estratégica acertada, pero solo si va acompañada de un cumplimiento normativo sólido y proactivo. No hacerlo puede suponer sanciones, pérdida de confianza y riesgos reputacionales. Como siempre en Derecho Digital: tecnología, sí, pero con garantías.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!

IA y Privacidad: el futuro ya está aquí

La semana pasada, el equipo de Tecnolawyer tuvo el privilegio de asistir al XI Congreso Internacional de Privacidad organizado por la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP) en A Coruña. Este evento, considerado el más relevante del sector en España, reunió a más de 250 profesionales para debatir sobre los desafíos emergentes en privacidad, con un foco especial en el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la protección de datos y la gobernanza digital.


IA y privacidad: un debate entre innovación y derechos fundamentales


Uno de los ejes centrales del Congreso fue la tensión entre la necesidad de innovación tecnológica y la protección de los derechos fundamentales. Miguel Valle del Olmo, representante de España en la Unión Europea, abogó por un equilibrio entre ambos aspectos, destacando que la regulación no debe ser vista como un obstáculo, sino como un marco que garantice la competitividad sin sacrificar la privacidad ciudadana .


Por otro lado, Leonardo Cervera, secretario general del Supervisor Europeo de Protección de Datos, defendió firmemente el enfoque normativo europeo frente a desafíos tecnológicos que amenazan la dignidad humana, subrayando que la innovación debe mejorar los derechos fundamentales .


El papel esencial de los profesionales de la privacidad


Marcos Judel, presidente de APEP, enfatizó la importancia de los expertos en privacidad en la implementación responsable de la IA, señalando que «en el viaje hacia la implantación responsable de la inteligencia artificial es fundamental reconocer el papel de los expertos en privacidad».


Durante el Congreso, se abordaron temas como la necesidad de un marco jurídico claro y uniforme, evitando solapamientos entre organismos reguladores como la AEPD y la AESIA, y se discutió sobre la importancia de evitar posibles «dobles sanciones» o «dobles inspecciones en el tratamiento de datos con inteligencia artificial.


Relevancia para las pymes españolas


Para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España, estos debates son especialmente pertinentes. La implementación de sistemas de IA debe ir acompañada de una comprensión profunda de las normativas de privacidad para evitar sanciones y proteger la reputación empresarial. La figura del Delegado de Protección de Datos (DPO) se vuelve fundamental en este contexto, actuando como puente entre la innovación tecnológica y el cumplimiento normativo.


Compromiso Tecnolawyer


Desde Tecnolawyer, reafirmamos nuestro compromiso con la privacidad, la seguridad de la información y el derecho laboral digital. Nuestra participación en el Congreso APEP 2025 nos ha proporcionado valiosas perspectivas que aplicaremos en nuestro asesoramiento a pymes, ayudándolas a navegar por el complejo panorama de la IA y la protección de datos.

¿Sigues enviando Excels con datos personales por email? Esto es lo que deberías saber (y evitar)

Dos resoluciones recientes de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) han puesto en evidencia algo que muchas empresas —incluidas farmacias— aún no han entendido del todo: los datos personales no pueden circular por correo electrónico sin protección.


Los casos sancionados afectan a farmacias que, en su operativa diaria, intercambiaban correos electrónicos con listados de residentes de centros geriátricos, incluyendo nombre, apellidos, tipo de absorbente (pañales) y otra información sensible, sin ninguna clase de cifrado. Los archivos iban en Excel, abiertos y sin contraseña. En algunos casos, incluso se compartían usuarios y contraseñas para acceder a plataformas que contienen información sanitaria.


¿Por qué esto es grave?


Este hecho vulnera el art. 32 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), el cual obliga a aplicar medidas técnicas adecuadas para garantizar la seguridad de los datos personales. No hablamos de un capricho burocrático: los datos de salud se protegen especialmente debido a su sensibilidad y su uso indebido puede tener consecuencias personales y sociales muy graves.


¿Y qué dijo la AEPD?


En ambas resoluciones (EXP202414366 y EXP202414356), la AEPD dejó claro que el uso de medios electrónicos no seguros para transmitir datos personales constituye una infracción. Si bien las farmacias intentaron escudarse en que no eran responsables del tratamiento, los hechos demostraron lo contrario, dado que accedían a los datos, los consultaban, los usaban y los almacenaban.


La AEPD indicó que ambas farmacias realizaban esta actividad en su condición de responsables del tratamiento, dado que eran las que determinaban los fines y medios de dicha actividad. Todo ello sin los contratos adecuados, sin una Evaluación de Impacto de Protección de Datos (EIPD) válida y, lo más llamativo, sin cifrado en los correos.


¿Qué implica cifrar un correo electrónico?


Significa que el contenido del mensaje (y los archivos adjuntos) solo pueden ser leídos por el destinatario previsto. Si alguien intercepta el email, verá un galimatías. Esto se puede hacer fácilmente con herramientas como archivos comprimidos con contraseña (ej. ZIP con contraseña fuerte) o servicios de correo seguro.


Conclusión


  • Si manejas datos personales —más aún si son de salud— el cifrado ya no es opcional, es obligatorio.
  • Enviar un Excel con nombres y datos médicos sin cifrar es lo mismo que enviar la ficha clínica de una persona por una postal abierta. No es aceptable, ni legal.
  • Si crees que «esto no me aplica porque yo solo sigo instrucciones», recuerda: si accedes y usas los datos, eres corresponsable.

Proteger la privacidad no es solo cumplir una norma, es respetar la dignidad de las personas. Y eso empieza por tomar en serio la seguridad, incluso (y sobre todo) en algo tan cotidiano como un email.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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Privacidad en peligro: sancionan a una inmobiliaria por espiar buzones sin consentimiento

Un extrabajador de ESTUDIO ALCAZAR DEL GENIL 2022, S.L denunció a la inmobiliaria ante la AEPD por haber sido obligado a tomar fotos de buzones de comunidades de vecinos para crear una base de datos de posibles clientes, sin permiso ni información previa a los afectados. Al negarse, fue despedido.


Durante la investigación, la AEPD confirmó que se recopilaron datos personales (nombres, direcciones, puertas y plantas) sin consentimiento y que se subieron a una base de datos utilizada con fines comerciales.


Fundamentos Jurídicos Clave


¿Qué se considera un dato personal?


Según el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), cualquier información que identifique o pueda identificar a una persona, como nombre, dirección o incluso datos de un buzón, se considera dato personal.


¿Qué se entiende como tratamiento de datos?


El tratamiento de datos implica cualquier acción sobre esos datos: recogerlos, almacenarlos, usarlos, etc.


¿Se puede hacer lo que hizo la empresa?


No. El artículo 6 del RGPD exige una base legal para tratar datos personales. Por ejemplo, el consentimiento del afectado, un contrato, una obligación legal o un interés legítimo que no dañe los derechos del ciudadano.


En este caso, la empresa no tenía ninguna base legal, ya que no pidió permiso ni informó a los vecinos, y tampoco se trataba de una fuente pública ni había otro motivo que lo justificara.


Infracción


La AEPD concluye que Estudio Alcázar cometió una infracción muy grave por tratar datos personales sin base legal (art. 6 RGPD), además de ser consciente de la infracción (art. 83.2.b) RGPD), pues la supervisora del extrabajador le reconoció que esta práctica formaba parte de la metodología implementada para la gestión de zonas.


Además, la inmobiliaria no informó a los titulares de los datos recabados ningún tipo de información sobre dicho tratamiento. Esto supone una vulneración del art. 14 RGPD, el cual establece la obligación del responsable del tratamiento de proporcionar información clara y accesible al interesado cuando los datos personales no han sido obtenidos directamente de él.


Sanción


La AEPD impuso una sanción de 20.000€, que, tras el reconocimiento de su responsabilidad y pago voluntario, quedó reducida a 12.000€.


Conclusión


Este caso pone en evidencia algo fundamental: el nombre del buzón es un dato protegido por ley. Nadie puede recopilar esa información sin el permiso del titular para usarla con fines comerciales. Las empresas tienen la obligación de respetar su privacidad y solo pueden usar sus datos cuando tienen una base legal clara. Si no es así, se enfrentan a sanciones como esta.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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Responsabilidad civil en la era digital: el Supremo confirma la condena a Gamboa Automoción por una estafa informática

La sentencia del Tribunal Supremo nº136/2025 resuelve un recurso de casación presentado por GAMBOA AUTOMOCIÓN S.A., condenado como responsable civil subsidiario por una estafa informática sufrida por la empresa CYASA (Comercio y Asistencia S.A.).


La estafa se produjo en abril de 2018 cuando terceros suplantaron el correo de un empleado de Gamboa para inducir a CYASA a realizar una transferencia por más de 32.000 euros a una cuenta fraudulenta. El Tribunal confirma la responsabilidad subsidiaria de Gamboa por omitir medidas de prevención tras una brecha de seguridad detectada el día anterior a los hechos.


La cuestión clave que analiza el Supremo gira en torno a si los requisitos del artículo 120.3 del Código Penal se cumplen para imponer esa responsabilidad civil. Este artículo exige que: el delito se cometa en un «establecimiento» de la entidad; exista infracción de normas reglamentarias o disposiciones de la autoridad atribuible a sus administradores o empleados; y que dicha infracción esté relacionada causalmente con el delito.


El Tribunal señala que el sistema informático—como medio habitual y necesario—forma parte del entorno funcional del negocio, por lo que, pese a que el delito no ocurrió físicamente en un local, sí ocurrió en un «entorno operativo» de la empresa.


Asimismo, la empresa incurrió en una omisión relevante, pues, a pesar de a haber detectado un incidente similar con otra empresa (Romauto Motion S.A.) la mañana del 10 de abril de 2018, Gamboa no avisó a sus demás socios comerciales ni tomó medidas para prevenir un nuevo ataque.


Por todo lo expuesto, el Tribunal consideró probado que hubo una brecha de seguridad en su sistema informático y que la falta de comunicación e inacción de la empresa fue clave para que el fraude a CYASA se consumara.


Lecciones clave para las empresas


Esta sentencia marca un precedente importante:


  • No actuar ante una brecha de seguridad equivale a asumir riesgos legales.
  • Las empresas tienen un deber proactivo de protección y de comunicación cuando detectan vulnerabilidades que pueden afectar a terceros.
  • No es necesario identificar al empleado culpable para que se imponga responsabilidad civil a la empresa.
  • Las medidas preventivas no son opcionales. Son una obligación legal y operativa.

Conclusión


Esta sentencia es una advertencia clara para todas las empresas: si una empresa detecta una incidencia de seguridad y no informa ni actúa con rapidez, puede terminar condenada, aunque no haya participado en el delito.


Hoy más que nunca, la gestión de riesgos digitales es parte esencial del cumplimiento legal y del deber de diligencia empresarial. Y cuando ese deber se incumple, los costes van mucho más allá de lo tecnológico: impactan en la reputación, las finanzas y la responsabilidad jurídica de la empresa.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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Confidencialidad Vulnerada: La Importancia del Deber de Confidencialidad en Canales de Denuncias

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha sancionado a SERVICIOS ESPECIALES, S.A. con 200.000€ por no cumplir con el deber de confidencialidad en las denuncias realizadas en el ámbito laboral.


La resolución se fundamenta en dos reclamaciones presentadas por trabajadores que denunciaron la vulneración de la confidencialidad en el tratamiento de datos personales durante un protocolo de acoso laboral. La empresa divulgó información sensible, incluyendo nombres y apellidos de los denunciantes y denunciados, lo cual generó consecuencias negativas para los afectados, como ataques de ansiedad y exposición pública en el entorno laboral.


Si bien todo inició con la activación del protocolo de acoso laboral, la Empresa finalizó el proceso adjuntando la resolución a cada uno de los denunciantes—5 en total—, lo cual destapaba la identidad de cada uno de los ellos (pues se exponían tanto sus nombres y apellidos como sus puestos de trabajo) y de los denunciados—10 en total—a los cuales también se reenvió la resolución.


Como consecuencia, uno de los denunciados, a través de un grupo de WhatsApp del trabajo y el mismo día del conocimiento de la resolución, envió un emoji de un beso y la frase: «Gracias por la denuncia». Este hecho le generó a una de las denunciantes un ataque de ansiedad, por el cual se acogió a la baja médica.


Por su parte, la empresa alegó que «todos sabían ya quiénes eran», por lo que el anonimato no fue solicitado expresamente y que, además, el Comité de Empresa que llevó a cabo el protocolo tampoco lo pidió.


Es necesario recordar que el artículo 5.1.f) del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establece el principio de integridad y confidencialidad e indica que los datos personales deben ser tratados de manera que se garantice una seguridad adecuada, por lo cual debe evitarse el acceso no autorizado o ilícito y protegerse contra su pérdida o daño accidental.


En este caso, la empresa vulneró este principio al permitir el acceso a datos personales sensibles (identidades de denunciantes y denunciados) por parte de múltiples personas—15—, sin garantizar medidas técnicas u organizativas apropiadas.


Por todo lo expuesto, la AEPD impuso una sanción de 200.000€, la cual quedaría reducida a 120.000€ en caso de que la empresa reconociera su responsabilidad y procediera al pago voluntario.


Conclusión


La resolución evidencia una vulneración significativa del principio de confidencialidad establecido en el RGPD, la cual afectó directamente a los derechos fundamentales de los denunciantes, pues desprotegió sus identidades. Este caso resalta la necesidad de implementar medidas estrictas para garantizar la seguridad y privacidad en el tratamiento de datos personales en entornos laborales.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


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Revolución Legal: Nuevas Medidas Contra el Abuso Digital Infantil

El Gobierno español ha aprobado un proyecto de Ley Orgánica innovador para proteger a los menores en entornos digitales, abordando problemas como el grooming, las deepfakes sexuales y el acceso indiscriminado a contenido inapropiado. Presentada por los ministros Félix Bolaños y Sira Rego, esta norma busca posicionar a España como referente en la regulación del entorno digital para menores. El texto incluye reformas legales, controles tecnológicos y medidas educativas y sanitarias.


Entre los puntos más destacados está la reforma del Código Penal, que introduce nuevas figuras delictivas y agrava penas existentes. Por ejemplo, se tipifica como delito el uso de inteligencia artificial para crear deepfakes sexuales o vejatorios, con penas de prisión de hasta dos años. También se regula el grooming (práctica en la que adultos engañan a menores para obtener material pornográfico) y se considera como un agravante en delitos contra la libertad sexual. Además, se crean las órdenes de alejamiento digital, que prohíben a los agresores interactuar con sus víctimas en redes sociales u otras plataformas virtuales.


La ley también obligará a fabricantes de dispositivos digitales a incluir controles parentales gratuitos y fáciles de usar desde fábrica. Estos controles estarán disponibles en móviles, tabletas, televisores inteligentes y ordenadores. Asimismo, se eleva de 14 a 16 años la edad mínima para que los menores puedan dar su consentimiento al tratamiento de datos personales en redes sociales.


En el ámbito educativo, se impulsarán programas de alfabetización digital para enseñar a los menores a identificar riesgos y combatir desinformación. Los centros educativos tendrán autonomía para regular el uso de dispositivos electrónicos en sus instalaciones.


Por otro lado, en el sector sanitario, se implementarán pruebas en atención primaria para detectar problemas asociados al uso excesivo o inadecuado de tecnologías entre los jóvenes.


La norma también afecta a plataformas digitales y creadores de contenido con gran alcance, exigiéndoles implementar sistemas efectivos de verificación de edad y etiquetado claro sobre contenido potencialmente dañino. Además, prohíbe el acceso de menores a prácticas como las cajas de recompensa (loot boxes) en videojuegos.


Por último, se anuncia una Estrategia Nacional liderada por el Ministerio de Juventud e Infancia, que incluirá campañas informativas y una escuela para padres sobre entornos digitales. Con esta ley, España busca no solo proteger a los menores frente a riesgos actuales, sino también anticiparse a futuros desafíos tecnológicos.


Conclusión


La aprobación del proyecto de ley para proteger a menores en entornos digitales marca un hito en la regulación tecnológica en España. Con medidas como controles parentales obligatorios, reformas del Código Penal y programas educativos, el país busca liderar la protección infantil en el ámbito digital. Esta norma no solo aborda problemas actuales como el grooming y las deepfakes, sino que también establece un marco legal pionero para enfrentar futuros desafíos tecnológicos.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!

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