¿Sigues enviando Excels con datos personales por email? Esto es lo que deberías saber (y evitar)

Dos resoluciones recientes de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) han puesto en evidencia algo que muchas empresas —incluidas farmacias— aún no han entendido del todo: los datos personales no pueden circular por correo electrónico sin protección.


Los casos sancionados afectan a farmacias que, en su operativa diaria, intercambiaban correos electrónicos con listados de residentes de centros geriátricos, incluyendo nombre, apellidos, tipo de absorbente (pañales) y otra información sensible, sin ninguna clase de cifrado. Los archivos iban en Excel, abiertos y sin contraseña. En algunos casos, incluso se compartían usuarios y contraseñas para acceder a plataformas que contienen información sanitaria.


¿Por qué esto es grave?


Este hecho vulnera el art. 32 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), el cual obliga a aplicar medidas técnicas adecuadas para garantizar la seguridad de los datos personales. No hablamos de un capricho burocrático: los datos de salud se protegen especialmente debido a su sensibilidad y su uso indebido puede tener consecuencias personales y sociales muy graves.


¿Y qué dijo la AEPD?


En ambas resoluciones (EXP202414366 y EXP202414356), la AEPD dejó claro que el uso de medios electrónicos no seguros para transmitir datos personales constituye una infracción. Si bien las farmacias intentaron escudarse en que no eran responsables del tratamiento, los hechos demostraron lo contrario, dado que accedían a los datos, los consultaban, los usaban y los almacenaban.


La AEPD indicó que ambas farmacias realizaban esta actividad en su condición de responsables del tratamiento, dado que eran las que determinaban los fines y medios de dicha actividad. Todo ello sin los contratos adecuados, sin una Evaluación de Impacto de Protección de Datos (EIPD) válida y, lo más llamativo, sin cifrado en los correos.


¿Qué implica cifrar un correo electrónico?


Significa que el contenido del mensaje (y los archivos adjuntos) solo pueden ser leídos por el destinatario previsto. Si alguien intercepta el email, verá un galimatías. Esto se puede hacer fácilmente con herramientas como archivos comprimidos con contraseña (ej. ZIP con contraseña fuerte) o servicios de correo seguro.


Conclusión


  • Si manejas datos personales —más aún si son de salud— el cifrado ya no es opcional, es obligatorio.
  • Enviar un Excel con nombres y datos médicos sin cifrar es lo mismo que enviar la ficha clínica de una persona por una postal abierta. No es aceptable, ni legal.
  • Si crees que «esto no me aplica porque yo solo sigo instrucciones», recuerda: si accedes y usas los datos, eres corresponsable.

Proteger la privacidad no es solo cumplir una norma, es respetar la dignidad de las personas. Y eso empieza por tomar en serio la seguridad, incluso (y sobre todo) en algo tan cotidiano como un email.


Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!


Para leer las resoluciones, haga clic aquí y aquí.

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