Teníamos pendiente dos cuestiones con respecto a las cookies: la validez de la opción «seguir navegando» como forma de prestar el consentimiento por parte de los usuarios y la posibilidad de utilizar los conocidos como «muros de galletas» que permiten limitar acceso a determinados servicios o contenidos a los usuarios que expresamente aceptan el uso de cookies.
Y la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha actualizado recientemente su Guía sobre el uso de las cookies para adaptarla a las Directrices sobre consentimiento modificadas en mayo de 2020 por el Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD) . La nueva Guía ya está publicada en la web de la Agencia.
Respecto al primer aspecto destacable, la opción de «seguir navegando», la Guía explicita que no es, en ninguna circunstancia, una forma válida de prestar el consentimiento, en la medida en que estas acciones pueden ser difíciles de distinguir de otras actividades o interacciones del usuario, por lo que no sería posible entender que el consentimiento es inequívoco.
En cuanto a los «muros de galletas», la Guía dice que no se podrán utilizar sino ofrecen una alternativa al consentimiento. Este criterio resulta especialmente importante en aquellos supuestos en que la denegación de acceso impediría el ejercicio de un derecho legalmente reconocido al usuario, por ser, por ejemplo, el acceso a un sitio web el único medio facilitado al usuario para ejercitar este derecho.
Estos nuevos criterios se deberán implementar, a más tardar, el 31 de octubre de este año, estableciéndose así un periodo transitorio de tres meses para introducir los cambios necesarios en los mecanismos de obtención del consentimiento para el uso de cookies que se estén utilizando.
Está claro que la industria publicitaria deberá mover ficha y quizás el camino es explicarle al usuario, de forma transparente, para que se usan las cookies. Si el usuario sabe exactamente porqué queremos sus datos y en qué le beneficia, estará dispuesto, a buen seguro, a compartirlas con nosotros. No hay otro camino.
El cumplimiento normativo no es un camino corto y fácil pero si todos -instituciones, empresas, ciudadanos y profesionales de la privacidad- trabajamos juntos en la misma dirección conseguiremos que contribuya significativamente al crecimiento de la actividad económica, con seguridad. Y, al fin y al cabo, eso es lo que queremos todos.
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