La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha impuesto una sanción de 70.000€ a LVMH Iberia por obligar a una empleada a usar su teléfono móvil personal para fines laborales, incluso en contra de su voluntad. Esta actuación constituye una vulneración tanto del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) como del derecho a la desconexión digital previsto en la LOPDGDD.
La afectada se vio forzada a utilizar su número de teléfono personal para participar en grupos de WhatsApp corporativos, a la espera de un teléfono de empresa que nunca se le entregó. Un día antes de iniciar sus vacaciones, comunicó por escrito y verbalmente su intención de dejar de usar su móvil personal para temas de trabajo, se salió de varios grupos y reiteró que esperaba disponer del dispositivo corporativo prometido.
Sin embargo, al día siguiente, mientras disfrutaba de su día libre, fue incluida sin consentimiento en un nuevo grupo de WhatsApp de la empresa, en el que permaneció hasta su despido. Ante esta situación, presentó una reclamación ante la AEPD.
La empresa, por su parte, justificó su actuación asegurando que adoptó una «postura garantista» y que los grupos solo incluían a empleados, lo que consideraban una medida adecuada y necesaria para la operativa diaria. También alegaron que, en general, los trabajadores acceden a estos grupos con dispositivos corporativos, y que el uso del teléfono personal es algo «excepcional y transitorio».
No obstante, la AEPD consideró que hubo una doble infracción:
- Violación del 6.1 RGPD, por utilizar datos personales (el número de teléfono privado) sin base legal válida ni consentimiento explícito.
- Vulneración del derecho a la desconexión digital ( 88 LOPDGDD), por obligar a la empleada a participar en comunicaciones laborales incluso durante sus vacaciones, sin respetar los límites del descanso personal.
Como consecuencia, la AEPD impuso una multa inicial de 70.000€, que quedó reducida a 42.000€, tras el reconocimiento de responsabilidad y al pago voluntario por parte de la empresa.
Conclusión
Este caso marca un precedente importante en el ámbito laboral digital: las empresas no pueden imponer el uso de dispositivos personales para el trabajo sin consentimiento claro y revocable, y deben respetar el derecho a la desconexión digital, especialmente fuera del horario laboral o en periodos de descanso.
Cabe recordar a todas las organizaciones que la gestión de grupos de WhatsApp u otras herramientas informales no exime del cumplimiento del RGPD, y que la comodidad operativa no justifica la invasión de la vida privada de los empleados.
Como siempre, cuidad los datos y ¡cuidaos!
Para consultar la resolución, haga clic aquí.